Las Pymes y el estrés financiero

Las Pymes y el estrés financiero. Foto: Pixabay.
  • El estrés también puede afectar a las empresas, y más aún a las pequeñas y medianas, a partir de distintas situaciones relacionadas con lo financiero.  
  • El especialista en Pymes Gustavo Gosiker describe en este artículo las características de este fenómeno y cuáles son las claves para revertirlo. 

¿Es posible que una empresa sufra estrés?, la respuesta es sí. En el caso de las empresas el estrés se relaciona con lo financiero aunque tiene ramificaciones de impacto interno en varios sentidos.  

Veamos. Las Pymes no se caracterizan por el exceso de capital disponible para financiar sus operaciones y eso genera de manera interna un estrés que difícilmente puedan controlar bien permanentemente.  

Es que – por ejemplo- en retiradas ocasiones la política de financiamiento de las pequeñas y medianas empresas consiste en “vender los cheques que reciben”, para poder sobrellevar situaciones de falta de liquidez. 

Es decir, muchas veces las empresas se encuentran (y cada vez más frecuentemente) con las necesidades de financiamiento que las hacen ingresar en una espiral perjudicial para su salud financiera: escasa financiación, demoras en la producción, retraso en las entregas y los pagos a cobrar. 

Todo un combo que decanta en complicaciones de financiamiento y es por eso que habitualmente se recurre a instituciones bancarias, aunque en esa instancia las Pymes se encuentran con intereses altos, que los obligarán a vender a precios más altos pero que el mercado limita por su propio peso. 

Entonces cuando se logra vender y ubicar un producto, la rentabilidad no es suficiente y sólo alcanza para pagar intereses de la deuda contraída y tal vez algo de capital; con lo cual de esta manera hay un retorno al poco financiamiento que termina por ser asfixiante.  

Otro fenómeno que favorece el estrés financiero en las Pymes es el del exceso y poco control de gastos fijos. Cuando se le pregunta a un empresario Pyme si conoce bien sus gastos fijos, no siempre la respuesta es positiva. Hay funciones no muy claras que consumen recursos y no siempre crean valor. Esto sin duda es perjudicial –una vez más- y alimenta el estrés financiero de las empresas. 

Pero también hay mitos como el que señala que “en época de inflación hay que sobrestockearse”.  

El mito del sobre stock es otro ítem a revisar: muchas empresas creen que tendrán la oportunidad de vender a mejor precio siempre, no importa cuándo y es en ese momento en el que realizan sobre stock. Esto habitualmente se genera en el marco de una situación inflacionaria, sabiendo que la inflación desemboca en recesión en la mayoría de los casos.  

Entonces surgen interrogantes como: ¿Y si compré mercaderías con deuda bancaria? ¿Podré cumplir mis obligaciones en término? ¿Podré vender con rentabilidad? ¿El mercado no me fijará el límite? 

Para contener todos esos interrogantes, el autor Antonio Manzanera publicó hace unos años un decálogo de mandamientos financieros para Pymes y emprendedores. De estos, se pueden rescatar algunos si lo que se quiere es salir de ese estrés financiero y poner el foco en el análisis.  

Son cuatro pilares claros, con sentido común y fáciles de implementar para una Pyme.  

1- Darle prioridad a actividades que generen caja. 

2- Limitar el inventario a lo necesario. 

3- Seleccionar los clientes favoreciendo el cobro anticipado. 

4- Endeudarse sólo si se puede devolver la deuda con recursos generados internamente. 

De esta manera, se pueden adoptar algunas líneas de acción para revertir el estrés financiero que tanto aqueja a las Pymes, más aún en tiempos de crisis.

Autor: Gustavo Gosiker | ggosiker@gmail.com